Hace un par
de semanas recibí este cuadro, pintado con su habitual buen gusto y maestría por el gran Javier Camara, gracias a la mediación de nuestro amigo Joserra. Me llevo todo el día
mirándolo. En él está cantando, como siempre poniendo su alma en cada nota, uno
de los temas de mi vida. Hoy hace 45 años de aquel fatídico accidente que le
costó la vida y he querido compartir esos sueños para recordar. En Nowhereland seguirá
vivo para la eternidad.
lunes, 10 de diciembre de 2012
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