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viernes, 7 de enero de 2011

Eldorado (1974) -Electric Light Orchestra-


Si atendemos a la denominación “rock sinfónico” como un intento de unir rock y música clásica, o lo que es lo mismo, dotar de estructuras clásicas al rock usando instrumentos propios de la música clásica, este disco es un claro exponente de esa intención, que persiguió desde un principio el responsable máximo de la ELO, Jeff Lynne . Para su cuarto disco, Lynne se decidió, en vez de las continuas superposiciones de instrumentos de cuerda en distintas pistas, a emplear una orquesta sinfónica, para lo cual se puso en contacto con el director Louis Clark que, tras la satisfacción que supuso este inmenso y reconocido trabajo, pasó a ser un miembro fijo en sucesivas grabaciones del grupo.
Eldorado fue concebido primero como un cuento donde el habitual recurso de huir de la desagradable civilización nos lleva a buscar nuestros sueños en ese mágico lugar ideal llamado Eldorado (la portada muestra un fotograma de la película El Mago de Oz). Después vino la música, a modo de Sinfonía. Con la idea de confeccionar un álbum conceptual lleno de emociones, Lynne rubricó su obra cumbre, con héroes, heroínas y otros personajes atormentados en busca de sus sueños, como salidos de cuentos medievales.



En esta obra maestra hay magia. Y está en cada una de las bellísimas canciones que se suceden desde la Overtura hasta el Finale. La hermosísima Can’t get it out of my head nos conquista, desde una primera escucha, con su preciosa melodía y su pegadizo estribillo. Boy Blue (héroe de la edad media que regresa a su aldea después de sus conquistas) comienza con una barroca y arrolladora intro de la orquesta para acabar en un medio tempo, con unos arreglos cautivadores, presentes en todos los demás temas.



Laredo Tornado, una despedida como dramática protesta por la proliferación de lo concreto. Poor Boy habla de un orgulloso Robin Hood. El eterno buscador de oro lo encontramos en Mister Kingdom. Nobody’s child , piano y coros magníficos, cuenta la historia de un niño seducido por una señora mayor (a painted lady). Un potente rock’n’roll para que un chico cuente a su psiquiatra sus misteriosas visiones, Illusions en G Major.
Y la cumbre: Eldorado, con un Jeff pletórico , con una interpretación vocal superlativa, y absoluto protagonista, donde habla del triste despertar en la realidad y la ilusión por volver a ese lugar hipnótico, centro de toda su sinfonía. La belleza del drama, la alegría y el júbilo, rock’n’roll, himnos triunfales , desgarros y baladas, todo se puede oir en esta espléndida obra de la Electric Light Orchestra.

domingo, 5 de diciembre de 2010

IDLE RACE, el mayor tesoro escondido de la psicodelia inglesa



Uno de los grupos que contribuyeron a señalar Birminghan como cuna de la época dorada de la psicodelia inglesa de finales de los sesenta. De aquí salieron The Move, The Moody Blues y la Electric Light Orchestra.
Los Idle Race fueron el nexo de unión entre Mike Sheridan & The Nightriders, The Move, la ELO y la Steve Gibbons Band, de donde venían y a los que se fueron incorporando sus miembros, entre los que podemos señalar a Roy Wood, Dave Pritchards, Greg Masters y Roger Spencer como sus fundadores, allá por 1963. Sin embargo, fue en 1966, cuando se incorporó un desconocido Jeff Lynne, el momento real de su ascenso a los anales de la psicodelia, aportando varios temas propios que fueron editados como singles (Imposters of Life’s Magazine, The skeleton and the roundabout, Sitting in my tree,…), y que posteriormente fueron incluidos en su maravilloso álbum debut de 1968, The Birthday Party. Aunque no supuso un gran suceso en cuanto a lo comercial, sí fue todo un acontecimiento a nivel de crítica, lo que les supuso contar con apoyos y seguidores como The Beatles (siempre los nombraban como favoritos junto a Nilsson) o Marc Bolan que colaboró con ellos posteriormente, cimentando una gran amistad con Lynne.



En 1969 pubican su segundo disco, esta vez algo menos experimental y con la mayoría de las canciones plenas del lirismo y la calidad musical que aportaba Lynne. Llamado simplemente Idle Race, contenía gemas indispensables en la historia del pop como Please no more sad songs, Come with me o Girl at the window (dedicada a John, Paul, George y Ringo…).





La repercusión fue la misma que el primero, crítica unánimamente positiva pero pobres ventas, lo que provocó la salida de Jeff Lynne para unirse a The Move, invitado por el anterior miembro y amigo, Roy Wood. Ya sin él, publicaron un tercer trabajo, Time is, muy distinto, lleno de versiones (In the summertime, Neanthertal Man,…) y que pasó sin pena ni gloria. A mediados de los 90 se editó una compilación, Back to the story, que sorprendentemente alcanzó unos niveles de ventas muy superiores a los mencionados, debido principalmente a la abundante información que ya existía sobre ellos, y a partir de su inclusión en aquellos famosísimos Nuggets (Rhino, 2001), que gozaron de una gran difusión a nivel mundial.
Aunque sólo fuese por este tema, merece la pena conocerlos: