Peter Hammill y los pájaros

Ya he dicho varias veces y a mucha gente (como a Tsi) le hace gracia, que no me gustan nada los pájaros ni las aves, en general. No os riáis que esto es muy serio. De hecho, para mí los animales más feos que existen son las gallinas (no os riáis…) y los más terroríficos, los murciélagos (¿acaso hay alguno más repugnante?). No podría tocar, nunca lo he hecho, un animal que tenga plumas. Así, la única vez que he perdido el conocimiento (involuntariamente…) fue cuando mi hermano mayor (conocedor del asunto) me atacó con una… gallina. No como pollo ni nada que provenga de cualquier ave (los pavos me saludan, impávidos, en Navidad). Según los psicólogos, estas patologías (hasta las cosas desagradables tienen que ver con esos bichos: seguro que esa palabreja viene de pato…) pueden ser debidas a algún trauma sufrido durante la infancia (yo siempre se lo achaqué al impacto emocional que me produjo la película “Los pájaros”, aquella aterradora dirigida por Hitchcock) y distinguen entre Pternofobia (fobia a las plumas) y Ornitofobia (a las aves). Yo padezco, ¡qué mala suerte!, las dos. A pesar de todo, puedo verlos en fotos (y de lejos…), y aprecio esos plumajes llenos de colorido. Y, por supuesto… las canciones que hablan de pájaros (And your bird can sing, This bird has flown, Free as a bird, Bird on a wire,…), jeje.
…Todo esto para poneros uno de esos temas que uno siempre debe tener cerquita, para cantar a la nostalgia. Se trata de… ”Los pájaros”, que el ecléctico, controvertido y prolífico Peter Hammill incluyó en el que sería su primer disco en solitario (Fool’s mate, 1971) y en el que quiso liberarse de esas complejas producciones que solía concebir con Van der Graaf Generator, junto a los que ha seguido grabando, con algunas interrupciones, hasta marzo de este mismo año, fecha en la que se publicó su último álbum (A grounding in numbers).
El Peter Hammill intimista, sencillo, poeta y músico como la copa de un pino sin pájaros, pero con un pajarraco como Robert Fripp echándole una mano.



Y ya que estamos, si te gusta el Hammill emocionante, de piano de cola (pero no de ave), otro temazo otoñal del mismo álbum: Vision.